Una hembra de Cetia ruiseñor que habita en el Humedal de Bolue es el ejemplar más longevo de la península ibérica y segundo del mundo
Una hembra de Cetia ruiseñor (Cettia cetti como nombre científico) que habita en el humedal de Bolue se ha convertido en el ejemplar de esta especie conocido y datado como el más longevo de la península ibérica y segundo del mundo, según los registros que se disponen en Euring, la organización que se encarga de coordinar los programas europeos de anillamiento de aves. Es extraordinariamente raro que un ave de esta especie consiga vivir tantos años. Tiene un peso promedio de 11 gramos y un tamaño promedio de ala de 57 mm.
Fue anillada el 25 de julio de 2012 durante una jornada de la Estación de Anillamiento de Esfuerzo Constante de Bolue que financia el Área municipal de Medio Ambiente, y desde entonces, ha sido recapturada todos los años hasta 2021 -la última el 2 de octubre del año pasado, durante la realización de la jornada con motivo del Día Mundial de las Aves, es decir, 9 años, 2 meses y 7 días después de su anillamiento-, en distintos sitios del humedal (principalmente en las redes situadas en el borde del carrizal) y en todas las estaciones del año, lo que hace pensar a los expertos que principalmente es un ave residente en dicho entorno. Además, en seis ocasiones (en 2013, 2016, 2017, 2018 y 2019) ha sido recapturada en el momento en que estaba criando.
Entre 400.000 y 2 millones de parejas en Europa
El Cetia ruiseñor es un pequeño pájaro, discreto y con aspecto rechoncho, de tonos pardo-rojizos y con una ceja pálida muy llamativa. Resulta difícil de observar, pero, en cambio, es muy fácil de detectar su inconfundible y sonoro canto. Cuando se desplaza entre la vegetación levanta y despliega frecuentemente la cola. Se trata de un habitante muy característico de las zonas ribereñas, donde ocupa sotos y humedales con mucha cobertura vegetal y enmarañada vegetación, siempre en la cercanía del agua. Se emplaza a baja altura, entre la vegetación densa, constituida por carrizales, zarzales u otros matorrales riparios. Se alimenta de una amplia variedad de invertebrados, preferentemente insectos, muchos de ellos acuáticos.
Durante el periodo de cría, que se extiende de marzo a julio, pueden efectuar hasta dos puestas anuales. El nido, construido por el macho, consiste en un pequeño cuenco elaborado a base de ramitas y hojas finamente entrelazadas y tapizado de plumas. La puesta consta de dos a cinco huevos de color rojizo que la hembra incuba durante 16 días. Los pollos, que son atendidos casi exclusivamente por la madre, vuelan a los 14-16 días y son independientes al cabo de un mes.
Se trata de una especie común y ampliamente distribuida por el sur de Europa, el noroeste de África y Oriente Próximo y llega hasta Asia occidental (Afganistán y Turquestán). En Europa se estima una población de entre 400.000 y 2.000.000 de parejas, de las cuales un mínimo de 100.000 se cree que habitan en el Estado español. La población parece estable o en ligerísimo aumento en los últimos años, por lo que no se considera que esté en peligro. Sus principales amenazas residen en la pérdida o degradación local de la vegetación de ribera (por limpiezas, canalizaciones y dragados, talas, incendios, etc.) o en las condiciones climáticas adversas (especialmente los inviernos rigurosos).
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